Una mente completamente nueva: El futuro pertenece a un tipo diferente de personas (2005) En una era en que las computadoras y los trabajadores calificados de países de bajos ingresos se adueñan incluso de los empleos no manuales, ¿qué pueden hacer para destacarse? Al pasar de la Edad de la Información a la nueva Edad Conceptual, la clave está en comenzar a valorar las aptitudes asociadas al hemisferio derecho del cerebro, que antes se consideraban menos valiosas que las habilidades analíticas del hemisferio izquierdo.
El cerebro humano tiene dos partes: el hemisferio izquierdo, que se ocupa de los detalles, y el hemisferio derecho, para un pensamiento más integral y con perspectiva global
Desde la antigüedad, el ser humano ha supuesto la división del cerebro en los hemisferios izquierdo y derecho, una separación neurológica que la ciencia moderna ha respaldado.
Hoy sabemos que toda actividad que realizamos exige la cooperación entre ambos hemisferios, pero también que cada uno adopta el papel dominante en determinadas actividades. En general, podemos decir que el hemisferio izquierdo se centra en descomponerlo todo en detalles, mientras que el derecho se encarga de obtener la perspectiva global. Estas distintas funciones pueden observarse, por ejemplo, en el contexto del uso del lenguaje. Gran parte del lenguaje se genera en el hemisferio izquierdo, donde procesamos símbolos de manera sucesiva, por ejemplo, cuando leemos. Sin embargo, el hemisferio derecho también desempeña un papel importante al permitirnos distanciarnos del lenguaje en sí mismo e interpretar el contexto del mensaje. Sin el hemisferio derecho, no podríamos entender la ironía ni las metáforas.
El razonamiento es otra área en que los hemisferios tienen funciones distintas y complementarias. Las respuestas originadas en el hemisferio izquierdo proceden de lo que aprendimos en el pasado. Si les apuntan con un arma, este hemisferio les dice que tengan miedo porque han aprendido que las armas son peligrosas. El hemisferio derecho, en cambio, no reconoce el arma, pero puede basarse en un conocimiento más intuitivo y reconocer otros signos de peligro, como una expresión facial de enojo.
El hecho de que todas las culturas tiendan a interpretar las expresiones faciales de manera similar ilustra lo naturales e intuitivas que son estas funciones del hemisferio derecho. Siempre hemos pretendido entender qué parte del cerebro se ocupa de distintas actividades. Hoy sabemos que las dos mitades cooperan constantemente, pero cada una se especializa en un modo de pensamiento distinto.
Históricamente, se ha subestimado la importancia del lado derecho del cerebro y la forma de pensamiento que representa.
Desde que se descubrió que el lado izquierdo del cerebro se ocupa de tareas más analíticas, se ha considerado que es más importante que el lado derecho. Pero, ¿de dónde viene la idea de que los hemisferios son independientes pero desiguales? En primer lugar, antes se creía que el hemisferio izquierdo debía de ser el que nos distingue de los animales, porque nos permite resolver tareas analíticas.
En segundo lugar, sabemos que el lado izquierdo del cerebro controla en realidad el lado derecho del cuerpo. Es el encargado de muchos movimientos importantes en un mundo donde la mayoría de la gente es diestra y donde las lenguas occidentales se escriben de izquierda a derecha. Esta diferencia de apreciación también se manifiesta comúnmente al usar las dos mitades y sus distintos modos de pensamiento como metáfora de las actitudes diferentes ante la vida. Se cree que el pensamiento del hemisferio izquierdo se basa en características de este lado del cerebro ya que es secuencial, literal, funcional, textual y analítico. Estas características también predominarían en la actitud ante la vida de un pensador orientado al hemisferio izquierdo. En cambio, el pensamiento del hemisferio derecho se caracterizaría por ser simultáneo, metafórico, estético, contextual y sintético, rasgos de los pensadores de este lado del cerebro.
Así como se ha valorado el lado izquierdo del cerebro más que el derecho, se ha considerado que el pensamiento del hemisferio izquierdo es la actitud ante la vida que da mejor resultado. Esto puede verse en el ámbito social. Por ejemplo, en los exámenes que deben rendir los estudiantes en Estados Unidos. Estos exámenes premian el pensamiento lineal, secuencial, que llega a una sola respuesta correcta en el tiempo asignado, por lo que enseña a los estudiantes a razonar como computadoras.
Sin embargo, actualmente la subestimación del pensamiento del hemisferio derecho llega poco a poco a su fin, a medida que la capacidad de ver la perspectiva global adquiere más importancia. Históricamente, se ha subestimado la importancia del lado derecho del cerebro y la forma de pensamiento que representa.
Al pasar de la Edad de la Información a la Edad Conceptual, el pensamiento del hemisferio derecho adquiere cada vez más importancia.
Hoy en día vivimos en una época de abundancia gracias al pensamiento del hemisferio izquierdo. ¿En qué sentido? Para prosperar en la edad de la información, se tenía que acumular mucho conocimiento, sobre todo mediante la educación universitaria. Como esta opción se volvió cada vez más accesible, aumentó el número de personas que podían seguir este modo de pensamiento propio del hemisferio izquierdo para prosperar y convertirse en profesionales bien remunerados.
Así, la edad de la información ha contribuido al crecimiento económico y a la mejora de los niveles de vida que hoy disfrutamos. Sin embargo, la situación está cambiando. Hoy en día se le está dando cada vez más importancia al pensamiento del hemisferio derecho por varias razones. En primer lugar, ciertas aptitudes impulsadas por el hemisferio derecho, como la habilidad para el diseño, la narración, la sinfonía, la empatía, el juego y el significado, son altamente valoradas. Quien desarrolla aptitudes en estas áreas tiene una ventaja competitiva fundamental en el abarrotado mercado actual. Esto se debe, sobre todo, a que el trabajo no manual, intensivo en pensamiento del hemisferio izquierdo, se externaliza cada vez más hacia los países de bajos costos.
Pero el pensamiento del hemisferio derecho es también cada vez más importante fuera del ámbito laboral. Vivir en esta época de abundancia nos ha hecho añorar lo inmaterial. Buscamos objetivos y sentido a la vida, y gracias al pensamiento del hemisferio derecho, las personas sobresalen en estas tareas ambiguas. Estos hechos forman parte de un cambio de épocas conforme pasamos de la edad de la información a la llamada edad conceptual. En esta época ya no importa la aptitud para la tecnología de punta. Tienen más demanda las habilidades para conceptualizar, en el sentido de saber combinar ideas inconexas de distintos ámbitos en invenciones totalmente nuevas, y la sensibilidad o capacidad para empatizar con los demás.
La demanda creciente de estos atributos puede verse en los cursos que los estudiantes reciben hoy en día para desarrollar su creatividad y aumentar su empatía. Como puede verse, el avance hacia la edad conceptual sucede en todas partes, en la escuela, en la oficina, y en nuestros corazones y mentes.
Diseño: En una época de abundancia de materiales, el diseño se ha vuelto crucial para la mayoría de las empresas modernas.
Si miran a su alrededor, verán que todos los objetos se han diseñado con esmero, desde los muebles donde se sientan hasta la ropa que visten. Pero, ¿qué es un buen diseño?
Básicamente, un buen diseño combina la utilidad con la relevancia. Por ejemplo, un diseñador gráfico que hace un folleto procura imprimirle un buen diseño para que sea fácil de leer. Utilidad. Y para transmitir ideas que las palabras del texto por sí solas no pueden expresar. Relevancia. La capacidad para crear un buen diseño exige ambas clases de pensamiento.
El pensamiento del hemisferio izquierdo ayuda a hallar la utilidad, mientras que el pensamiento del hemisferio derecho encuentra maneras creativas de añadirle relevancia. Hoy en día, un buen diseño es más importante que nunca. Esto se debe a que las personas tienen más claro lo que es un buen diseño y un mal diseño. Por ejemplo, en la actualidad la mayoría de la gente distingue fácilmente entre diversas fuentes, como la Times New Roman y la Arial, pero hace apenas 20 años, sólo los tipógrafos tenían claro esas diferencias. Además, las personas son más conscientes del impacto que el diseño puede tener. Por ejemplo, una papeleta electoral mal diseñada en la elección de 2000 en Estados Unidos confundió a tantos votantes que el resultado de la elección habría sido otro si la papeleta hubiera estado mejor diseñada.
Por otra parte, las investigaciones indican que mejorar el diseño del entorno físico de una escuela puede aumentar el rendimiento de sus estudiantes. Esta tendencia supone que el diseño de productos se ha vuelto un aspecto fundamental de las empresas. Ya no es suficiente fabricar productos funcionales a precios razonables. Los consumidores exigen un buen diseño. La tendencia puede verse incluso en objetos tan triviales como utensilios de cocina. Los abridores de botellas ahora tienen forma de animales, y algunas cucharas están grabadas.
Investigaciones realizadas por la Escuela de Negocios de Londres muestran que, por cada punto porcentual de las ventas que se invierte en el diseño de los productos, las ventas y utilidades de una empresa crecen entre 3 y 4 por ciento en promedio.
Narración: Para tener éxito hoy, no basta con presentar hechos; deben saber narrar historias.
Desde siempre, narrar historias ha sido parte de la experiencia humana. Tendemos a recordar las historias mucho mejor que los hechos por separado, y también a ver nuestras vidas como historias.
Comienzan en algún lugar, y a partir de allí transcurren en determinada dirección. Ver la vida como una historia nos hace encontrarle un propósito y sentido. En la edad de la información, el conocimiento factual era muy importante. Saber más que los demás les permitía destacarse del resto. Pero hoy en día, conforme entramos en la edad conceptual, podemos acceder fácilmente a los hechos en Internet, de manera que el conocimiento ha perdido importancia. En vez de información, lo que importa es la aptitud de narrar historias, es decir, contextualizar los hechos y presentarlos como una historia.
De hecho, en varios ámbitos de los negocios, como la publicidad y la consultoría, ser capaz de contar una historia resulta crucial para el éxito. Asimismo, la capacidad para entender y contar historias ha adquirido una importancia creciente para los médicos. Hoy en día, muchas facultades de medicina ofrecen a sus estudiantes cursos de humanidades para sensibilizarlos a las historias que les cuentan sus pacientes. Contar historias también se ha vuelto fundamental para que las empresas y las personas puedan destacar sus bienes y servicios en un mercado lleno de competidores. Esto se debe a que las personas conciben sus vidas como historias, de modo que les resulta más fácil identificarse con empresas y productos si se enteran de ellos por historias y no por una serie de hechos. Hay incluso un movimiento llamado narración institucional, en el que las empresas recopilan las historias que cuentan sus empleados para divulgar historias humanas con las que la gente puede identificarse.
Por ejemplo, en vez de basarse solo en manuales para adiestrar a sus técnicos, Xerox recopila las historias que los técnicos veteranos cuentan sobre la reparación de máquinas y las transmite a los nuevos para que aprendan de ellas. Estos fenómenos demuestran que la narración ha adquirido más importancia que nunca en la edad conceptual.
Sinfonía: Reunir las piezas es más importante que separarlas.
Antes, lo que importaba en la mayoría de los trabajos era la capacidad para adquirir conocimiento. Esto se hacía normalmente examinando un tema complejo, descomponiéndolo en partes y memorizando cada pieza de conocimiento que lo integraba. El sistema educativo moderno también insiste en este método, descomponer y memorizar.
Pero actualmente, a medida que el conocimiento se generaliza y se hace cada vez más accesible, por ejemplo, en Internet, ya no hace falta guardar datos sueltos en la memoria. En vez de eso, lo que importa hoy es la aptitud para la sinfonía. Ser capaz de combinar elementos sueltos y ensamblarlos para formar algo más grande, en gran medida como un compositor o director de orquesta hace con la música. Esto es, ante todo, porque vivimos en una época muy diversa y quienes pueden combinar las competencias de múltiples culturas e idiomas están mejor preparados para esta época. En segundo lugar, porque el ciclo de vida de un producto nuevo es cada vez más corto. La innovación de ayer es el producto casi obsoleto de mañana.
Esto implica que las empresas deben innovar constantemente, y los mejores innovadores son los que pueden combinar ideas y pensamientos sin conexos para crear algo nuevo. Por ejemplo, cuando George de Mestral vio como las semillas de bardana se prendían al pelaje de su perro como los diminutos ganchos que las recubren, se dio cuenta de que podía usar algo parecido para adherir otros materiales. Esto lo llevó a inventar el velcro. La aptitud para la sinfonía también ayuda a las personas a ver el bosque y no solo los árboles, lo que puede traerles tanto éxito como felicidad. Un estudio mostró que los millonarios que se hicieron de abajo tienen más probabilidades de ser disléxicos que el común de la población. Esto es importante, porque a los disléxicos se les dificulta el razonamiento lineal, pero se distinguen en el pensamiento integrador y de perspectiva global.
Es un rasgo que parece hacerlos más exitosos que el común de la población. Además, el pensamiento en perspectiva puede servirles en su vida personal. Es más fácil lidiar con el estrés y las preocupaciones si vemos que son solo pequeñas partes de la perspectiva global.
Empatía: A medida que las computadoras asumen cada vez más tareas, las habilidades exclusivas de las personas, como empatizar con los demás, cobran importancia.
Muchos de los empleos que había en la edad industrial y en la de la información son asumidos de manera creciente por las computadoras y otras máquinas. Por ejemplo, el trabajo de las cadenas de montaje y el análisis de datos. Frente a este panorama, es reconfortante saber que hay tareas que las computadoras nunca podrán hacer.
Aunque cualquier trabajo que implique el seguimiento de un conjunto de reglas puede ser realizado por una máquina o trasladarse a otros países, las tareas que exigen conocer más las sutilezas de la interacción humana son menos vulnerables a estos cambios. La empatía es el aspecto central de estas tareas, que revista importancia en una diversidad de ámbitos. Por ejemplo, piensen en los abogados. Mientras que la investigación jurídica podría encomendarse a algoritmos inteligentes o a abogados en otras partes del mundo, la parte esencial del trabajo de un abogado, empatizar con sus clientes y entender sus necesidades, es irreemplazable. Asimismo, los médicos no pueden ser sustituidos por computadoras porque éstas no sienten empatía. Y los pacientes quieren que sus médicos empaticen con ellos.
De hecho, la empatía se reconoce cada vez más como parte importante de la curación. La empatía no es sólo importante en el ámbito profesional, sino que es necesaria en general para entender a los demás. La empatía es un lenguaje universal, y las investigaciones han demostrado que se comunica sobre todo por medio de expresiones faciales universalmente entendibles. Además, la aptitud para la empatía respalda y posibilita otras aptitudes, como aquellas para el diseño y la narración, ya que les ayuda a ver las cosas desde la perspectiva de otra persona. La buena noticia es que todo el mundo puede aprender a ser más empático. Por ejemplo, en la Facultad de Negocios de Stanford, los estudiantes ya toman clases de dinámica interpersonal.
Asimismo, funcionarios de organismos gubernamentales como el FBI y la CIA reciben capacitación en la lectura de expresiones faciales, el lenguaje de la empatía.
Juego: Es probable que el desenfado cumpla una función cada vez más importante y beneficiosa, tanto en el ámbito laboral como en otros.
Quizá hayan oído decir que no hay que mezclar los negocios con el placer ni el trabajo con el juego. Pero hoy en día, introducir elementos del juego, en el sentido de humor y desenfado, en todos los ámbitos de la vida, no es sólo más común, sino necesario.
Para entender cuánto más prevalece el elemento del juego, piensen en la enorme industria que ha crecido en torno a los videojuegos. Los videojuegos son hoy parte esencial de la vida de los jóvenes estadounidenses. La mitad de su población de más de seis años los utiliza. Esta tendencia a jugar ha traído consigo algunas influencias positivas. Las investigaciones han demostrado que los videojuegos pueden promover aptitudes vitales en la edad conceptual. Por ejemplo, los videojuegos más populares son aquellos en los que se representan papeles, es decir, juegos de simulación, y estos pueden mejorar la aptitud de los jugadores para la empatía.
Otro elemento del juego, el humor, también es cada vez más valorado en el mundo del trabajo, ya que reduce la hostilidad, desvía la crítica, alivia la tensión, levanta los ánimos y ayuda a comunicar mensajes difíciles. ¿Y en qué lado del cerebro se genera el humor? En el derecho, pues requiere aptitudes específicas, contextualizar las situaciones, ver la perspectiva global y mirar las cosas desde otros ángulos. Es probable, además, que esta alegría recién hallada nos haga más productivos y satisfechos, tanto en el plano personal como profesional.
Por ejemplo, los estudios demuestran que la risa reduce las hormonas del estrés y estimula el sistema inmunitario, y que jugar videojuegos en el trabajo puede aumentar la productividad y la satisfacción laboral.
Significado: Ahora que nuestras necesidades materiales están satisfechas, buscamos significado, objetivos y realización en la vida.
La mayoría de la gente desea buscar algún tipo de significado en su vida. Esto es una motivación fundamental en el ser humano y se ha vuelto una de las aptitudes esenciales de la edad conceptual.
Hoy en día, ante el envejecimiento de la población y la amenaza constante de terrorismo, y con una prosperidad creciente gracias a los avances tecnológicos, las cuestiones espirituales e inmateriales cobran una profunda importancia. Por eso la espiritualidad, es decir, la búsqueda de un mayor sentido y propósito a la vida, por ejemplo, por medio de la religión, ha adquirido últimamente una importancia cada vez mayor, tanto en los negocios como en la vida privada. Ejemplo de ello es que los empleados actuales quieran experimentar cada vez más la espiritualidad en sus lugares de trabajo. El aumento de nuevos negocios como estudios de yoga y productos verdes también demuestra hasta qué punto la espiritualidad y el nuevo énfasis en el significado afectan el entorno empresarial. De igual manera, una mayor espiritualidad repercute en nuestra salud personal. Los estudios han mostrado que puede aliviar enfermedades y reduce el riesgo de suicidio.
También se ha observado que quienes asisten con regularidad a un lugar de culto como iglesia, mezquita o sinagoga, viven más que otros. Estos efectos explican el que muchas facultades de medicina ofrezcan cursos de espiritualidad y el que muchos médicos registren alguna forma de historia espiritual de sus pacientes. Desde luego, la búsqueda de significado está fuertemente relacionada con la búsqueda de la felicidad. Mientras que la felicidad procede de una mezcla de factores biológicos y ambientales, las personas que le encuentran un sentido en su vida son también las que tienen mayor probabilidad de ser felices.
Resumen final
Solía pensarse que las aptitudes del hemisferio derecho eran inútiles, pero al pasar de la edad de la información a la edad conceptual, éstas se han vuelto cada vez más importantes. Ser innovador, creativo y empático nos ayuda a tener éxito profesional y al mismo tiempo a aumentar nuestro bienestar personal. Aunque el pensamiento del hemisferio izquierdo conserva su importancia, es insuficiente por sí solo. Las preguntas que este libro responde son ¿en qué difieren los dos lados del cerebro y por qué se valora cada vez más el lado derecho?
El cerebro humano tiene dos partes, el hemisferio izquierdo, que se ocupa de los detalles, y el hemisferio derecho, para un pensamiento más integral y con perspectiva global. En el transcurso de la historia se ha subestimado la importancia del lado derecho del cerebro y la forma de pensamiento que representa. Al pasar de la edad de la información a la edad conceptual, el pensamiento del hemisferio derecho adquiere cada vez más importancia. En la edad conceptual, ¿cuáles son las seis aptitudes del hemisferio derecho que se han vuelto esenciales?
- El diseño: En una época de abundancia de materiales, el diseño se ha vuelto crucial para la mayoría de las empresas modernas.
- La narración: Para tener éxito hoy, no basta con presentar hechos. Deben saber narrar historias.
- La sinfonía: Ensamblar las piezas es más importante que separarlas.
- La empatía: A medida que las computadoras asumen cada vez más tareas, las habilidades exclusivas de las personas, como empatizar con los demás, cobran importancia.
- El juego: Es probable que el desenfado cumpla una función cada vez más importante y beneficiosa, tanto en el ámbito laboral como en otros.
- El significado: Como nuestras necesidades materiales ya están satisfechas, buscamos significado, objetivos y realización en la vida.