«Maestría» de Robert Greene

En Maestría (2012), el autor Robert Greene analiza y muestra que todas las personas pueden lograr la maestría de una habilidad o un área si siguen los pasos establecidos de maestros históricos y actuales. Basándose en las entrevistas y los estudios de algunos de los mejores expertos de las áreas, Greene proporciona una gran variedad de recomendaciones y estrategias para aprender a convertirnos en maestros.

No necesitan un talento innato para convertirse en maestros; solo sigan los pasos de los maestros previos.

La mayoría de las personas creen que los logros extraordinarios de los grandes maestros como Da Vinci y Mozart son producto de un talento natural y un genio inherente. Pero no es así. De hecho, no existe un enlace natural entre el talento innato y la maestría de una habilidad o de un área. Según lo demostrado por un estudio, si bien muchos niños pequeños tienen un talento deslumbrante, solo pocos de ellos consiguen un gran logro. Por otro lado, aquellos que muestran pocas señales de inteligencia en la escuela a menudo logran mucho más que sus compañeros dotados. Por ejemplo, consideremos el ejemplo del primo más joven de Charles Darwin, Sir Francis Galton.

Mientras que Darwin era un niño normal que no mostraba señales de un intelecto excepcional, Galton tenía un coeficiente intelectual más alto y era considerado un genio prodigioso. Sin embargo, hoy es Darwin quien se considera un científico superior y una de las mentes más brillantes del siglo. Claramente, el dominio no depende de que seas dotado o una persona común. Entonces, ¿qué paso sigue en tanto un genio disidente como una persona normal para convertirse en maestros? Pues, exactamente esos pasos que siguió cada gran maestro a lo largo de la historia. Cada uno descubrió su campo, se involucró en algún tipo de aprendizaje, desarrolló una mente creativa y abierta, y luego logró la maestría.

Edison, Mozart, Einstein, Goethe, los maestros más célebres de la historia siguieron un camino similar hacia el éxito. Los maestros modernos también siguen los mismos pasos. Por ejemplo, el boxeador profesional Freddie Roach soñaba con convertirse en boxeador. Fue aprendiz del gran entrenador Eddie Fudge y creó un estilo de lucha único.

Roach ahora es considerado uno de los mejores entrenadores de boxeo de su generación. No necesitan dones heredados, ni talento precoz o un alto coeficiente intelectual para convertirse en maestros. Simplemente deben encontrar un área o un tema y seguir los pasos de los grandes maestros previos.

Cada uno de nosotros tiene un llamado interior que nos guía hacia nuestra vocación en la vida, una disciplina o campo que deseamos dominar.

¿Alguna vez han tenido la sensación de que una disciplina o un área estaba hecho a su medida y que trabajar en esa área era su destino? Deben confiar en ese sentimiento. Cada uno de nosotros es único, original de principio a fin.

Debido a las infinitas combinaciones posibles de ADN en nuestros cuerpos, somos un fenómeno único. Como los copos de nieve, no hay dos humanos exactamente iguales. Entonces, ¿por qué no todos actuamos de manera única? Debido a la increíble presión social para integrarnos, escondemos nuestra singularidad con la vana esperanza de que, al hacer lo que hacen los demás, no tengamos problemas. Si bien adoptar este disfraz puede tener sus ventajas, en realidad es nuestra singularidad como individuos lo que nos impulsa a encontrar nuestro llamado interior. De hecho, muchos de los genios de la historia experimentaron un momento de claridad cuando todo encajó en su lugar y de repente vieron lo que querían hacer en su vida.

Muchos de ellos sintieron que durante toda su vida una fuerza los había guiado hacia un campo determinado. Para Leonardo da Vinci, este momento de «clic» fue cuando robó hojas de papel de la oficina de su padre para poder satisfacer su profunda fascinación y dibujar animales en el bosque. Y para otros, esos momentos incluso se experimentan en forma de «voz interior», como es el caso de los cristianos muy religiosos que informaron haber escuchado la voz de Dios diciéndoles que dediquen sus vidas para realizar una tarea específica. En lugar de usar su energía para adaptarse a la multitud, reconozcan que son únicos y que tienen un llamado específico en la vida que se puede encontrar simplemente escuchando y siguiendo su voz interior. En los próximos resúmenes descubrirán con exactitud cómo pueden seguir esa voz interior.

Su principal objetivo en un nuevo campo no debe ser el éxito inmediato ni el dinero, sino aprender tanto como sea posible.

Cuando las personas buscan una forma de ingresar a un campo en particular, una pasantía o un primer trabajo, a menudo buscan puestos que prometen el mayor prestigio o una buena recompensa financiera. Pero hay otras recompensas más importantes que se deben considerar. Por un lado, un trabajo que brinda la oportunidad de aprender puede valer la pena, incluso si no pagan bien. Podrán conseguir otros puestos más prestigiosos y bien pagados más adelante, y el conocimiento práctico que obtengan de esos primeros trabajos mal pagados finalmente dará sus frutos en las próximas décadas.

Piensen en el boxeador Freddie Roach. Eligió tomar un puesto no remunerado en un centro de boxeo y utilizó su tiempo allí para desarrollar las habilidades necesarias para su carrera profesional. Al final, su decisión valió la pena. Roach finalmente ganó mucho más dinero que si hubiera tomado un trabajo remunerado diferente desde el principio. Muchos otros maestros hicieron la misma elección años anteriores. Por ejemplo, en su juventud, Charles Darwin rechazó una oportunidad en la Facultad de Medicina y un trabajo bien remunerado en la iglesia.

En cambio, convenció a su padre para que le permitiera trabajar como naturalista no remunerado en el HMS Beagle, donde podía estudiar plantas y animales exóticos. Las observaciones que hizo durante ese viaje lo ayudaron a desarrollar su famosa teoría de la evolución. O consideremos el ejemplo de Benjamin Franklin, quien, en lugar de hacerse cargo del lucrativo negocio de fabricación de velas de su padre, eligió trabajar en una imprenta. Esto significó un aprendizaje mucho más largo e incertidumbre financiera.

Pero Franklin reconoció que podía usar esta posición para aprender cómo se componían los textos, una habilidad que luego lo beneficiaría en gran medida. Entonces, cuando busquen una pasantía o ese primer trabajo, no se obsesionen con el prestigio o el dinero. En cambio, busquen aquellas oportunidades en las que puedan adquirir conocimientos y desarrollar sus habilidades. Esos trabajos los llevarán a obtener mayores recompensas financieras en el futuro.

La mejor manera de aprender una disciplina o habilidad es a través de un mentor que les muestre el camino.

Aprender algo nuevo nunca es fácil, pero al menos pueden hacer que el proceso les resulte mucho más fácil. Cuando tratamos de aprender algo nuevo por nuestra cuenta, solemos cometer errores evitables y dedicamos mucho tiempo a buscar la forma correcta de hacer las cosas. El resultado?

Derroche de tiempo y recursos. Lo que necesitan es un mentor, alguien que los guíe y ayude a usar el tiempo y los recursos de manera más eficaz. Por ejemplo, piensen en lo complicado que puede ser comenzar un nuevo trabajo y transitar el entorno laboral. Sin la orientación adecuada, le tomará mucho más tiempo a la persona recién contratada aprender la dinámica del trabajo y orientarse. Es como estar en una ciudad extranjera por primera vez y tratar de encontrar la estación de tren. Claro que pueden deambular por las calles desconocidas hasta encontrarla, pero ahorrarán tiempo y esfuerzo si le preguntan a uno de los lugareños.

Pero ustedes no son los únicos que se benefician de tener un mentor. Por lo general, el mentor y el aprendiz desarrollan una relación especial de la que ambos pueden beneficiarse. Esto se debe a que, en primer lugar, el mentor ve al aprendiz como una versión más joven de sí mismo y, por lo tanto, le interesa su futuro y desea ser parte de él. En segundo lugar, debido a que el aprendiz admira al mentor, presta mucha más atención y absorbe su conocimiento como esponja. Sin embargo, como aprendiz, su progreso no está necesariamente limitado por las propias limitaciones de su mentor. Muchos maestros famosos tuvieron mentores a quienes superaron con el tiempo.

Alejandro Magno, por ejemplo, aprendió mucho sobre cómo gobernar un estado gracias al gran filósofo Aristóteles, y luego modificó y aumentó estas lecciones basándose en sus propias experiencias personales. Como muchos otros estudiantes y aprendices famosos, deben buscar un mentor que les enseñe sus propios caminos. Pero no lo olviden. Su objetivo final debe ser superar a su mentor. En los próximos resúmenes descubrirán cómo, después del aprendizaje, pueden avanzar para encontrar su propio camino a seguir.

Una vez que completen su aprendizaje, deben ser lo suficientemente audaces para pensar de manera innovadora y desafiar las mismas reglas que aprendieron.

Durante el aprendizaje, aprenden los aspectos y las facetas más importantes de su área. Pero no pueden ser aprendices toda la vida. Entonces, ¿qué sigue? Es hora de revivir la mente intrépida y abierta por naturaleza. Cuando éramos niños, todos éramos pensadores libres y transgresores de reglas de nacimiento. La mente de un niño está abierta por completo. Creen que cualquier cosa y todo es posible, no dan nada por sentado, y por lo tanto hacen todo tipo de preguntas. ¿Por qué el cielo es azul? ¿Quién es el que me mira en el espejo?

Los niños también creen en todo tipo de criaturas sobrenaturales y cuentos fantásticos, y son capaces de imaginar, sin esfuerzo, que son reales. Esta mente abierta y la capacidad de cuestionar cualquier cosa que no entendamos sin miedo alguno es el estado natural del ser humano. Por ejemplo, cuando de adultos visitamos un país extranjero donde no podemos depender de viejos hábitos y experiencias, se nos pide que volvamos a tener la mente abierta. Ver el mundo con ojos de niño es, para los adultos, una de las cosas más divertidas al viajar. Es precisamente esta libertad y audacia para romper las reglas y subvertir las expectativas lo que deben adoptar una vez que completen su aprendizaje y se lancen al mundo por su cuenta. Esto es lo que les permitirá crecer en su área y lograr la maestría a su manera única.

De hecho, con el tiempo, muchos maestros a lo largo de la historia comenzaron a pensar de manera innovadora y crear algo exclusivamente propio. Por ejemplo, Mozart se cansó de interpretar el antiguo repertorio de piano comprobado y verdadero, por lo que comenzó a componer su propia música, fusionó los estilos que ya conocía y agregó algunos elementos propios e inusuales. ¿El resultado? Su público quedó impresionado con la novedad y originalidad de su música. Por ende, sean valientes, piensen de manera innovadora y desafíen las reglas establecidas de su tiempo. De lo contrario, puede que un día se den cuenta de que están estancados en la misma rutina insatisfactoria.

Pueden aprender a resolver problemas de formas nuevas y creativas ampliando y entrenando la mente.

¿Quién de nosotros no ha deseado tener la capacidad de resolver problemas de manera original y creativa? Bueno, por suerte, esta capacidad se puede entrenar. Primero, debemos liberarnos y ampliar nuestras mentes, porque tenemos una tendencia natural a pensar de manera demasiado limitada.

Rápidamente nos convertimos en criaturas de hábitos y repetimos de manera rigurosa las mismas acciones sin reflexionar. Una vez que se ha demostrado que un proceso funciona en una situación particular, tendemos a usarlo para cada situación similar sin detenernos a preguntarnos «¿es esta realmente la mejor manera de resolver este problema en particular? ». Del mismo modo, los estándares y las convenciones de los que depende nuestra cultura pueden ser esenciales para una comunicación rápida y funcional. Pero también pueden obstaculizar en gran medida nuestro potencial para el pensamiento creativo e innovador. Por ejemplo, para identificar algo rápidamente usamos distinciones binarias claras.

Hombre-mujer, cuerpo-mente, ficción-realidad. A medida que nos habituamos a usarlas, también nos volveremos poco sensibles a los matices que se encuentran en el medio. Lo segundo que debemos hacer para mejorar nuestro pensamiento creativo es entrenar el cerebro para hacer conexiones nuevas y poco comunes de forma rápida. Según un reconocido estudio, después de 10.000 horas de práctica en un campo determinado, el cerebro cambia a nivel cualitativo y establece conexiones nuevas por completo entre áreas que antes no estaban conectadas. Esto les permite observar cualquier problema dado en ese campo con rapidez de una manera nueva y más amplia. Esto se demuestra mejor en la capacidad humana para resolver un problema específico mientras se aparenta estar pensando en algo completamente diferente.

¿Alguna vez tuvieron un momento eureka mientras se duchaban o daban un paseo? No son los únicos. Einstein, por ejemplo, tocaba el violín mientras reflexionaba sobre problemas teóricos y afirmó que esto lo ayudó a llegar a la solución. Entonces, no se resignen a la idea de que las personas son pensadoras y creativas solo de nacimiento.

Pueden controlar y entrenar el cerebro. Siguiendo los pasos anteriores, se puede lograr una mente más abierta y creativa mucho más rápido de lo que creen. Por último, en el próximo resumen, aprenderán qué es con exactitud la maestría.

Maestría: la práctica de una habilidad hasta que resulta automática, para que la mente y el cuerpo actúen como uno solo, y para poder concentrarse en el panorama general.

Entonces, ¿qué es, precisamente, la maestría? Es posible que ya lo hayan experimentado en situaciones de mucha presión cuando el cuerpo respondió de inmediato y de forma automática a los comandos de la mente. Esto permite a los maestros ver el panorama completo en lugar de solo los detalles, y de hecho, muchos maestros han descrito su talento en estos términos.

El maestro de ajedrez Bobby Fischer, por ejemplo, pudo ver más allá de los movimientos individuales de un juego y percibió, en cambio, campos de fuerzas en movimientos que revelaron las diversas formas en que un juego podía desarrollarse. De manera similar, el pianista Glenn Gould observó toda la arquitectura de una pieza musical dada mientras la tocaba, no solo la parte que estaba tocando en ese momento. Esto le permitió coordinar de forma magistral las diferentes partes de una composición mientras la interpretaba. Los maestros pueden hacer esto porque han desarrollado una conexión automática entre la mente y el cuerpo, una conexión que, en realidad, está arraigada en profundidad a nuestra naturaleza. De hecho, para los animales, las decisiones mentales y las acciones físicas se experimentan como una sola. Por ejemplo, en el momento exacto en que una abeja decide picar, actúa en función de esa decisión.

La abeja tan solo reacciona a la información sensorial. Sus nervios emiten una orden al cuerpo, sin dudar sobre el reflejo. No existe ningún pensamiento abstracto. Y, según una teoría, nuestros ancestros originarios tampoco separaban la mente y el cuerpo. La separación se produjo cuando desarrollamos la capacidad de pensamiento abstracto. Esto es lo que nos permitió suprimir ciertos reflejos.

Por ejemplo, cuando los humanos nos sentimos amenazados, no atacamos ni huimos de manera automática, sino que tratamos de hablar. Pero esta separación también implicó la pérdida de todo sentido de unión entre la mente y el cuerpo. Como maestros, la mente y el cuerpo se volverán uno, lo que les permitirá alcanzar un nuevo nivel de comprensión y habilidad. E incluso, cuando estén practicando su disciplina, también podrán ver el panorama general y utilizar este conocimiento para lograr grandes objetivos en su campo.

Resumen final

Para lograr la maestría, necesitan encontrar su propio llamado interior único, estudiar y aprender mucho con un mentor durante el aprendizaje, y, por último, desarrollar una forma de pensar independiente y creativa. El estudio de la vida de otros grandes maestros puede brindar una valiosa perspectiva sobre esta tarea. Este libro en resúmenes respondió las siguientes preguntas. ¿Quién puede lograr la maestría? No necesitan un talento innato para convertirse en maestros, solo sigan los pasos de los maestros previos.

Cada uno de nosotros tiene un llamado interior que nos guía hacia nuestra vocación en la vida, una disciplina o campo que deseamos dominar. ¿Qué constituye un buen aprendizaje? Su objetivo principal en un nuevo campo no debe ser el éxito inmediato ni el dinero, sino aprender tanto como sea posible. La mejor manera de aprender una disciplina o habilidad es a través de un mentor que les muestre el camino. ¿Cómo se puede lograr un pensamiento magistral y creativo? Una vez que completen su aprendizaje, deben ser lo suficientemente audaces para pensar de manera innovadora y desafiar las mismas reglas que aprendieron.

Pueden aprender a resolver problemas de formas nuevas y creativas, ampliando y entrenando la mente. ¿Qué es precisamente la maestría? Maestría, la práctica de una habilidad hasta que resulta automática para que la mente y el cuerpo actúen como uno solo y para poder concentrarse en el panorama general.

Autore(a)s: