La semana laboral de 4 horas: No hace falta trabajar más (2008) describe la vida de los nuevos ricos: personas emancipadas de la esclavitud del trabajo de oficina y que han construido una vida centrada en la felicidad del aquí y el ahora. Si ustedes también quieren llevar una vida así, tienen que empezar por ser más productivos y encontrar una fuente de ingresos continuos y casi totalmente pasivos. Estos resúmenes les mostrarán cómo hacerlo.
¿Qué beneficio ofrece? Aprender a hacerse tiempo para las cosas importantes de su vida.
La semana laboral de 4 horas. Suena asombroso, es cierto, parece un sueño. En vez de trabajar durante 40 horas por semana, solo tienen que trabajar 4, desde luego sin reducir sus ingresos, porque, en un mes, hacen lo que la mayoría de las personas hacen en un año. Así que, en vez de matarse trabajando en un escritorio durante 35, 40 e incluso 45 años hasta que se jubilen, tienen la libertad y flexibilidad de disfrutar la vida ahora mismo. Suena asombroso, parece un sueño, de hecho, parece un sueño imposible, algo que podría darles resultado a personas muy, muy afortunadas, pero probablemente a ustedes no, pues sepan que no es un sueño. Según Tim Ferriss, hay una receta que cualquier persona, y eso los incluye a ustedes, puede seguir para lograrlo, así que, si están listos para poner manos a la obra, convirtamos las 40 horas en 4.
Para los nuevos ricos, la riqueza significa lujos en el aquí y el ahora.
Trabajan 40 horas a la semana. Quizá estén trabajando incluso más que eso. Se sienten agotados todo el tiempo, están constantemente estresados, darían cualquier cosa por salirse del ajetreo cotidiano, pero todo indica que no pueden, están atrapados en su trabajo, necesitan su trabajo.
Pues bien, hay una receta para escapar del horario de 9 a 5. Hay una fórmula, y es precisamente lo que exploraremos en estos resúmenes. Pero antes de llegar a la fórmula, hablemos sobre adónde quieren ir y cómo llegó allí el autor. La meta es ser parte de los nuevos ricos. Los nuevos ricos son una subcultura caracterizada por la movilidad y la libertad financiera. Nada los ata, ellos deciden adónde van y deciden lo que hacen.
Se han dado cuenta de que el momento oportuno para vivir sus sueños, para vivir de verdad su vida, es ahora. Pero, ¿cómo lo hacen? ¿Cómo viven sus sueños? ¿Cómo viven la vida al máximo, ahora mismo? Hay algo más que tienen que saber, algo que los nuevos ricos descubrieron. Básicamente sólo necesitan dos cosas para lograr lo anterior, más libertad y más tiempo libre.
Lo que la mayoría de las personas asocian con los millonarios, viajes por el mundo, pasatiempos extravagantes, quizá un mayordomo, en esencia, se reduce a dos cosas, más libertad y más tiempo libre. Y ustedes pueden tener las dos cosas sin un saldo de millones de dólares en su cuenta bancaria. Así que esa es la meta, conseguir más libertad, obtener más tiempo libre y formar parte de los nuevos ricos. El autor consiguió ambas cosas medio por accidente. En 2004 estaba en una situación que tal vez se parezca a la de ustedes. Tenía una sobrecarga de trabajo, se sentía agotado.
En realidad, el exceso de trabajo y el cansancio llegaron a tal punto que sufrió desgaste profesional y tuvo que hacer una pausa, pero el descanso resultó una bendición. Durante sus días libres viajó por todo el mundo y se dio cuenta de que podía administrar un negocio lucrativo desde donde estuviera y que podía hacerlo con un esfuerzo mínimo. Y así como así, se sumó al Club de los Nuevos Ricos. Parece cosa de magia, pero no lo es.
Recuerden que, si quieren vivir una vida de lujo, lo único que necesitan son dos cosas, más libertad y más tiempo libre. Son los requisitos para poder hacer lo que ustedes quieran, cuando quieran y desde donde quieran, y ninguna de las dos cosas se puede obtener trabajando la semana habitual de 40 horas. Así que veamos esa fórmula, la que les dará toda la libertad y el tiempo libre que deseen.
Redefinan la riqueza y la felicidad.
La fórmula se llama DEAL. Esta sigla significa lo siguiente. Definición.
Eliminación. Automatización. Liberación. Empecemos por la D, definición. Quizá hayan notado que ya empezamos a crear algunas definiciones nuevas. Ya empezamos a redefinir la riqueza.
Recuerden que vivir la vida de un millonario no consiste en tener millones en el banco, consiste en hacer lo que hacen los millonarios. En breve, ser rico no consiste en tener montones de dinero, consiste en poder hacer lo que hacen las personas que tienen montones de dinero, pasar meses en una espléndida isla tropical o saltar con paracaídas cuando quieran, e incluso pasar más tiempo con su familia. Así que riqueza equivale a actividades, a poder hacer lo que quieran hacer. Equivale a libertad y tiempo libre, no a la cantidad de dinero que acumulen. Otra palabra que deben redefinir es felicidad. La mayoría de las personas dirían que su meta en la vida es ser feliz.
Pero, ¿qué significa la felicidad? Pues según el autor, lo opuesto a la felicidad no es la tristeza, sino el aburrimiento. Entonces, la mejor definición de felicidad es entusiasmo. Para ser verdaderamente feliz, deben dedicar su tiempo a hacer algo que los entusiasme. Para el autor, eso era viajar, volverse campeón de kickboxing y establecer un récord mundial bailando tango. Para ustedes podría ser algo totalmente distinto, pero la cuestión es que comprar una casa, ocupar un puesto de nombre ostentoso, jubilarse con millones en el banco… Nada de todo eso los hará felices si no les entusiasma lo que están haciendo con su vida.
La felicidad no es una meta lejana, no es algo que solo experimentarán plenamente cuando tengan suficiente dinero o suficientes cosas, y la riqueza no consiste en tener montones de dinero. Entonces, la pregunta ya no es cómo ganar la mayor cantidad posible de dinero, sino cómo liberar la mayor cantidad de tiempo posible, tiempo en el que puedan hacer todo lo que les entusiasme. Aquí es donde entra la E de la fórmula de AL, la eliminación.
Ahorren tiempo aplicando el principio de 80/20 y eliminando las pérdidas de tiempo.
Entonces, es momento de eliminar. Si son del tipo de persona que era antes el autor, aproximadamente el 80% de su producción laboral es resultado de un simple 20% de su esfuerzo. Esto se llama el principio de 80-20, y es posible que no lo haya notado en el trabajo, porque se esconde detrás de la jornada laboral estándar de 8 horas.
La mayoría de los empleados tienen que trabajar durante 8 horas, por lo que, lejos de centrarse en la productividad, enfatizan la actividad, organizan su bandeja de entrada, pierden el tiempo con su teléfono, se pasean con aire de superioridad de un cubículo a otro, y la persona que se muestra más ocupada es la que suele recibir el aumento porque, en la mayoría de las empresas, el tiempo que uno pasa en el trabajo es el único criterio para evaluar el desempeño. Pero, aproximadamente el 80% de esa actividad es inútil. Pasar mucho tiempo en el trabajo no significa necesariamente que estén realizando las tareas adecuadas, ni que las estén haciendo bien. Lo cierto es que ocurre todo lo contrario. En realidad, mientras más tiempo tengamos para realizar una tarea, más tiempo pasaremos realizándola, tendencia llamada ley de Parkinson. Entonces, si tenemos una hora para entregar el informe final de un proyecto, tardamos una hora en hacerlo. Pero, si tenemos toda la tarde, nos llevará toda la tarde, las 4 horas.
Lo que deben hacer es identificar y luego priorizar el 20% de las tareas que producirán el 80% de los resultados. Y esto implica eliminar todas las tareas y actividades que no los acerquen a sus metas personales. ¿Cómo pueden identificar estas tareas esenciales? Pues revisen su lista de quehaceres pendientes y, respecto a cada tarea, pregúntense ¿Estaría satisfecho si esta tarea fuera la única que terminara hoy? Si la respuesta es no, la tarea es candidata a la eliminación. Deben estar especialmente alertas frente a las interrupciones, lo que les impide terminar tareas importantes de principio a fin, sin pausa.
Quizás las interrupciones más costosas de todas sean las pérdidas de tiempo. Una pérdida de tiempo es cualquier actividad que se puede omitir sin consecuencias negativas. Las más comunes son navegar en la web, responder correos electrónicos irrelevantes, hacer llamadas telefónicas y las reuniones. Todas las pérdidas de tiempo pueden y deben eliminarse, pero centrémonos en algunas tácticas para eliminar una de ellas. El correo electrónico. Una buena manera de empezar a desengancharse del correo electrónico es leer y contestar los mensajes dos veces al día, una por la tarde y otra por la tardecita.
Si pueden lidiar con eso, ¿por qué no ir uno o dos pasos más adelante? Prueben usar el correo electrónico una sola vez al día o incluso una vez a la semana. Si así lo hacen, no olviden informar de ello a sus amigos, familiares y compañeros de trabajo. Pueden hacer esto último configurando una respuesta automática en la que expliquen que han reducido el tiempo que dedican al correo electrónico para atenderlos mejor y que pueden tardar algún tiempo en responder. Quienes los rodean se adaptarán y verán que la mayoría de los mensajes pueden esperar en la bandeja de entrada del correo electrónico o en el buzón de voz mientras ustedes se dedican a cosas más importantes. Si una solicitud es en verdad urgente, los interesados pueden llamarlos por teléfono o buscarlos personalmente para conversar en persona.
Al dejar que se acumulen muchas preguntas y tareas triviales en su bandeja de entrada, podrán atenderlas todas de una vez, lo que les ahorrará tiempo y les evitará las interrupciones que interfieren en el trabajo más importante. Todas estas recomendaciones deben mejorar considerablemente su productividad, pero no alcanzan para hacer una semana laboral de cuatro horas. Si ustedes quieren que sus actividades diarias incluyan más descanso en una hamaca en una isla remota, cóctel en mano, también tendrán que liberarse del lugar al que los ata su trabajo. Ya eso vamos en el siguiente resumen.
Los oficinistas comunes y corrientes también pueden vivir el estilo de vida de los nuevos ricos.
Hasta ahora han aplicado a su vida laboral la mitad de la fórmula de AL. Han definido sus metas reemplazando la riqueza por tener más libertad y más tiempo libre, y la felicidad por entusiasmo. También han eliminado algunas actividades que quitan tiempo, empezando por sus hábitos respecto al correo electrónico.
Pero, si son oficinistas, no pueden saltar directamente a la automatización. Los oficinistas primero deben liberarse de la oficina, de modo que las dos últimas siglas de la fórmula se invierten. IDEAL se convierte en DELA. Y si no son oficinistas, pueden saltarse este resumen. Muy bien, oficinistas, así es como pueden liberarse de la oficina. Ahora que han definido sus metas y eliminaron todas las interrupciones, son mucho más productivos, a tal punto que pueden lograr en 10 horas lo que sus compañeros de trabajo hacen en 40.
Pero recuerden que la mayoría de los lugares de trabajo fomentan la actividad, no la productividad. Es decir, por poco que les lleve terminar su trabajo, siempre tendrán que cumplir sus 40 horas semanales. La solución es escapar de la oficina. Esto les permitirá no solo trabajar menos, sino hacerlo desde cualquier lugar que deseen. Y ¿cómo realizan el acto de desaparición? ¿Cómo desaparecen de la oficina?
Pues tendrán que seguir cinco pasos. Son los siguientes.
- Aumenten el valor que representan para la empresa.
- Demuestren que son más productivos cuando trabajan a distancia.
- Cuantifiquen el beneficio empresarial.
- Propongan un período de prueba.
- Aumenten el tiempo que trabajan a distancia.
Veamos exactamente cómo funciona esto en la práctica. Les presentamos a Sherwood, un hombre que quiere dedicar más tiempo a su negocio secundario de venta de camisas de marinero por eBay.
Así es como desapareció de la oficina. Empezó por volverse indispensable. Solicitó a su jefe capacitación adicional para atender mejor a los clientes de la empresa. Su meta era aumentar el valor que representaba para su empleador. Cuanto más valioso fuera, más probable sería que le permitieran tomarse alguna libertad, como trabajar desde casa. Mientras tanto, hizo una pequeña prueba.
Avisó que estaba enfermo. Faltaría martes y miércoles, pero trabajaría desde casa. Eligió esos días para que no pareciera que tenía la intención de tomarse un fin de semana largo y también para poder probar su productividad sin el impulso de los dos días libres del fin de semana. Ambos días registró cuánto trabajo hacía con datos cuantificables y constancias de correo electrónico, y duplicó su productividad a propósito, algo que fue fácil porque no tuvo las distracciones propias de la oficina. Entonces creó una propuesta. La propuesta mostraba cómo el trabajo desde casa beneficiaría a su jefe y por qué él era más productivo fuera de la oficina, sin traslados y con menos distracciones.
Luego, sugirió un período de prueba revocable, en el que trabajaría a distancia un día a la semana durante dos semanas. La sugerencia fue aceptada y los días de trabajo en casa. Sherwood volvió a asegurarse de duplicar su productividad con respecto a las jornadas en la oficina, lo que le dio una prueba más de que su trabajo a distancia beneficiaba a la empresa. Entonces, ya no le quedaba sino aumentar poco a poco sus días de ausencia, hasta que toda la semana trabajara desde casa, y eso debía resultarle fácil si se tenía en cuenta la productividad adicional que su jefe veía. Para entonces, Sherwood podría trabajar, en efecto, desde cualquier parte del mundo.
Pongan en marcha un negocio que funcione con piloto automático, sin que implique ningún trabajo para ustedes.
Por fin, es momento de hablar sobre la automatización, la A de la fórmula de AL. La automatización es esencial si quieren separar el tiempo que dedican a trabajar a partir del dinero que ganan, estableciendo fuentes de ingresos automatizadas que se pueden mantener desde cualquier parte del mundo. Ustedes, al igual que los nuevos ricos de hoy, pueden llevar el estilo de vida que deseen, pues generarán ingresos sin pasar todo su tiempo en el trabajo.
Ahora bien, si quieren establecer un flujo de ingresos automatizado, tienen que crear un negocio que funcione sin ningún esfuerzo de su parte, es decir, básicamente debe funcionar solo. Entonces, en vez de gestionar personalmente la distribución del producto, podrían asociarse con una empresa que se hiciera cargo de la distribución y contratar a una agencia para mantener su sitio web. Ustedes apenas deben intervenir personalmente en este modelo. Lo único que tienen que hacer es leer los informes de sus proveedores de servicios e intervenir cuando sea necesario, solo cuando lo sea. ¿Cómo pueden asegurarse de que el trabajo marche bien en su ausencia? En primer lugar, todos los participantes deben tener la libertad de comunicarse de manera independiente entre sí.
Ustedes no deben ser responsables de reenviar ningún mensaje. En segundo lugar, deben dar la mayor responsabilidad posible a quienes confiaron las tareas. Así, las personas pueden resolver problemas sin necesidad de la opinión ni aprobación de ustedes, lo que les ahorrará mucho tiempo y les dará mucha más libertad. Pero, ¿quién exactamente debe hacer todo este trabajo? Una opción es contratar asistentes virtuales. Ustedes pueden contratar asistentes virtuales desde cualquier parte del mundo, Canadá, la India, Polonia y un largo etc.
Siempre que la persona tenga las aptitudes necesarias, no importa mucho dónde se encuentre. En la experiencia del autor, los asistentes virtuales de la India son mucho más baratos y a menudo tan buenos o mejores que sus equivalentes de occidente de habla inglesa. Sin embargo, si a ustedes les sigue preocupando el costo, tengan en cuenta el valor del tiempo que ahorran. Supongamos que actualmente ganan $25 por hora y un asistente aceptable cuesta $30 por hora.
Esto quiere decir que por cada hora de trabajo en el que el asistente interviene, el costo efectivo para ustedes es de $5. En otras palabras, pueden tomarse libre un viernes completo por un costo de apenas $40. Encontrar un asistente virtual adecuado es, sobre todo, una cuestión de prueba y error, así que no olviden preguntar a otros asistentes por su experiencia y no se desanimen si el primero no es perfecto. Los asistentes virtuales ideales existen y vale la pena el esfuerzo de encontrarlos.
¿Necesitan una musa para sus ingresos automatizados?
Desde luego, si quieren crear un flujo de ingresos automatizado y construir la estructura para sostenerlo, deben tener un producto que vender. Puede tratarse de un producto que ya existe y que decidan redistribuir, como Sherwood y sus camisas de marinero. El único problema con este método es que revender un producto existente supone menores márgenes de ganancia, por lo tanto, es preferible diseñar un producto propio, algo que genere la mayor cantidad de dinero posible con el mínimo esfuerzo de su parte.
Pero, ¿cómo lo hacen? Pues la mejor manera de comenzar es estudiar los mercados con los que están más familiarizados y hacer una lluvia de ideas de productos según sus hallazgos. Para distinguir su negocio de una empresa emergente, que no es lo que intentan crear, llamemos a su mejor idea su musa. A diferencia de una empresa emergente, su musa no tiene que estar dirigida por ustedes. Después de todo, en realidad no quieren ser emprendedores porque no están buscando pasarse todo el tiempo en reuniones de estrategia, liderazgo y administración. Lo que intentan es establecer un flujo de ingresos automatizado.
El mejor lugar para buscar su musa es en un nicho que no les exija invertir mucho tiempo ni dinero para empezar. La idea de Sherwood es un ejemplo. Sin invertir dinero, resolvió que podía revender camisas de marinero con un beneficio. Otro ejemplo es el del autor, que, en 2001, fundó por Internet una compañía para el complemento alimenticio Brain Quicken e hizo una fortuna con una mínima inversión de tiempo.
Desde una perspectiva práctica, sea cual fuere la forma que adopte su musa, les conviene superar a la competencia y demostrar a los posibles clientes que ustedes son los mejores vendedores. Pueden hacer esto obteniendo indicadores de credibilidad, como un doctorado, o, si no tienen tiempo para estudiar un posgrado, pueden demostrar su experiencia por otros medios, por ejemplo, asistiendo a seminarios o realizando investigaciones minuciosas con ayuda de libros de texto y sitios web pertinentes. No tienen que ser siempre los mayores expertos, lo único que deben hacer es superar a sus competidores y convencer a sus clientes.
Realicen un estudio de mercado antes de fabricar su producto.
Muy bien, pero, ¿cómo saben si su producto, su musa, convencerá a los consumidores? Hay una sola manera de averiguarlo. Tienen que pedirles a las personas que lo compren.
Esa es la mejor prueba, la única en realidad. Tienen que ofrecer el producto hipotético a clientes reales y observar cómo reaccionan. Volvamos por un segundo a nuestro amigo vendedor de camisas, Sherwood. Quizás se pregunten, ¿cómo hizo Sherwood para saber que su idea era rentable? Antes incluso de comprar la primera camisa de marinero, empezó a ofrecerlas en eBay. A todo el que daba clic en la oferta, se le decía que sólo era posible hacer un pedido en espera de la camisa.
Era mentira, claro, pero también era la manera en que Sherwood podía sondear la demanda real. Una vez que supo cuántas camisas era probable que se vendieran, hizo su primer pedido. Entonces, luego de vender 12 camisas en 5 días, pidió 24 y las vendió en 12 días. Vigiló de cerca la demanda y sus ventas siguieron aumentando hasta que empezó a pensar en dejar de lado su otro trabajo. Otro ejemplo es el de Johanna, una maestra de yoga a la que se le ocurrió una gran idea de musa. Se dio cuenta de que cada vez más entusiastas de escalada acudían a su clase, y después de indagar si su idea ya existía y descubrir que no, decidió crear un DVD con un curso de yoga especial para escaladores.
Creó un sitio web con testimonios de sus alumnos y publicó varios anuncios por medio de Google AdWords. Tras analizar el número de clics y los índices de conversión, pudo medir mejor la demanda y determinar qué palabras de búsqueda funcionaban mejor. Una vez que reunió la información y estuvo relativamente segura de que su musa sería un éxito, produjo el DVD y empezó a distribuirlo. Las ventas superaron sus expectativas.
En la primera semana, recuperó los costos de producción iniciales, así como los 250 dólares que había gastado en las pruebas de mercado. Ahora vende 10 DVD a la semana, con una ganancia de 750 dólares. Nada mal para una primera musa.
Fijen un precio premium y hagan una gran promesa.
Supongamos que siguen los pasos de Sherwood y Johanna y confirman que existe demanda para su producto. Es fantástico, pero deben tener en cuenta algunos aspectos durante el diseño que ayudarán a que el producto tenga éxito. En primer lugar, deben poder resumir en una oración la finalidad del producto.
Cuando Apple lanzó el iPod en 2001, todo el mundo supo al instante para qué servía gracias al eslogan que lo acompañaba. ¡Mil canciones en tu bolsillo! En segundo lugar, deben facilitarles lo máximo posible a los clientes la decisión de comprar el producto. No los hagan elegir entre un montón de opciones. Entre más colores y dibujos tengan que elegir sus clientes, más probable será que no compren el producto, porque es agotador comprar tantas opciones. En tercer lugar, para atraer a los consumidores idóneos, el producto debe tener un precio elevado, entre 50 y 200 dólares.
Esto no sólo dará al producto una imagen de alta calidad, sino que aumentará sus márgenes de ganancia y reducirá la probabilidad de quejas. La razón de esto último es que las personas dispuestas a gastar esa suma suelen quejarse menos si el producto no está a la altura de sus expectativas, tienen dinero de sobra y la pérdida no les importará lo suficiente para armar un escándalo. Por último, su producto debe prometer algo y cumplirlo. Piensen en Domino’s Pizza, que promete una entrega en 30 minutos o menos. Si no cumple, la pizza es gratis. Es una gran promesa y una entrega consistente.
Otro ejemplo es la promesa del autor respecto al producto BodyQuick. Aseguró que funcionaba en un 110% en un plazo de una hora, a partir de la primera dosis. Es decir, que si el consumidor no veía resultados en ese lapso, le reembolsaría el precio pagado por el producto y, además, le enviaría un cheque por el 10% del precio. Promesas tan arriesgadas como esa muestran a los clientes la seriedad con que se toma la calidad del producto y transmiten la confianza adicional que necesitan para comprarlo.
Resumen final
En vez de matarse trabajando el resto de sus días en una oficina, empiecen a formar parte de los nuevos ricos y disfruten la vida hoy. Empiecen haciendo algunas redefiniciones y luego centren sus esfuerzos en el 20% de las tareas que generan más resultados. Luego libérense de la oficina, demostrando que son más eficientes trabajando en casa y rompan el hábito de revisar todo el tiempo la bandeja de entrada. Por último, automaticen sus ingresos identificando y probando sus musas.
Cuando adopten estos hábitos, estarán bien encaminados para alcanzar el estilo de vida que siempre han deseado. Algunos consejos prácticos. Creen un plan de sueños. Hagan una lista de todo lo que quieren lograr en los próximos seis meses, todo lo que quieren hacer y ser. Ahora calculen cuánto creen que costaría eso al mes, ya sea que quieran un auto deportivo o un asistente personal, hablar griego con fluidez o cocinar la comida perfecta. Hagan un cálculo mensual de lo que probablemente gastarían en ello.
Luego, según ese número, calculen el ingreso mensual que necesitan tener. Ahora tienen una cifra concreta a la cual aspirar para alcanzar la vida de sus sueños.