Este libro les brinda valiosas ideas y pautas que los ayudarán a enfocar su vida en las cosas que son realmente más importantes. Aprenderán cómo establecer sus prioridades, tomar las mejores decisiones y desarrollar una visión inteligente para el futuro. Si están buscando generar un cambio positivo en sus vidas, ¡este libro es un excelente lugar por donde comenzar!
¿Qué beneficio ofrece? Aprendan a maximizar su calidad de vida y concéntrense en lo que más importa.
Esta pregunta es para ustedes. ¿Cómo es posible tener una vida feliz y significativa? ¿Cuál es el secreto? Probablemente no tengan la respuesta, pero es algo que a todos nos gustaría saber. Como hoy en día llevamos una vida estresante y ocupada, parece que no tenemos tiempo para la felicidad y nos cuesta encontrarle sentido. ¿No sería genial si pudiéramos cambiar las cosas?
La ayuda está al alcance de nuestras manos. En estos resúmenes compartiremos las ideas fundamentales del libro Primero, lo primero, de Roger Merrill, Rebecca Merrill y el propio maestro de la autoayuda, Stephen Covey, así que no sorprende que sea un éxito de ventas. Analizaremos algunos principios muy claros y fáciles de adoptar que pueden ayudarnos a vivir vidas más felices y significativas.
Vivir una vida significativa no se trata de hacer las cosas lo más rápido posible, sino de hacer primero «lo primero».
Imaginen que un hada les ofrece la posibilidad de hacer todo un 20% más rápido. ¿Aceptarían? Es probable que la mayoría de la gente lo haría. Pero piénsenlo bien. ¿Con eso, en realidad, resolverían todos sus problemas? Muchos aceptaríamos la oferta, porque nos esforzamos por hacer la mayor cantidad de cosas, lo más rápido posible. Pero, de hecho, esta no es la mejor manera de administrar nuestro tiempo. Lamentablemente, muchos libros de autoayuda refuerzan el mito de que esto se logra si hacemos listas de tareas pendientes y las tachamos a medida que vamos cumpliendo con cada una de ellas. Este tipo de pensamiento solo presta atención a una cara de la moneda, nuestros compromisos, objetivos e itinerarios, lo que podemos llamar el reloj de nuestras vidas. Y a menudo descuida el otro lado, la brújula de nuestras vidas, sus valores, principios y conciencia.
En realidad, vivir una vida significativa no se trata de tachar cosas de una lista. Se trata de usar la brújula de su vida para identificar las primeras cosas que tienen un impacto positivo y duradero en su felicidad. Para la mayoría de las personas, lo primero son los vínculos personales con su familia y amigos. ¿Alguna vez han oído hablar de una persona que mira hacia atrás y desea haber pasado más tiempo en la oficina? Por ejemplo, imaginen que se enfocan en su carrera profesional, se abren camino en la empresa y ganan un salario alto, solo para darse cuenta de que ahora ya no están en edad de tener hijos. Si siempre han querido tener una familia y ahora es demasiado tarde, entonces su carrera no era realmente una de sus prioridades.
Si no toman conciencia de cuáles son sus prioridades, pueden terminar tomando decisiones que los hagan sentir infelices a largo plazo. Por eso, después de todo, tal vez sería mejor que no aceptaran la oferta de helada. En cambio, traten de identificar aquello que le da más sentido a su vida y hagan de eso su prioridad.
En lugar de enfocarse en lo que es urgente, enfóquense en lo importante.
La mayoría de las personas organiza sus horarios diarios para hacer las cosas que consideran urgentes e importantes, como ir al trabajo o visitar a la familia. El problema es que muchas veces las cosas urgentes y las cosas importantes en nuestras vidas no son lo mismo. Cuando tenemos que elegir entre hacer tareas que son urgentes y tareas que son importantes, la mayoría de la gente elige las urgentes.
Esto responde a ciertas razones. Por un lado, la urgencia es símbolo de estatus en las sociedades occidentales. Si una persona está estresada por tener demasiado trabajo, asumimos que debe ser importante. Si una persona no está lo suficientemente estresada, muchas veces optará por justificarse, como para no parecer insignificante. Otra de las razones es biológica. Ocuparnos de responsabilidades urgentes puede darnos una cierta descarga de adrenalina, lo que nos hace sentir vivos y llenos de energía.
Lamentablemente, cuando nos enfocamos en la urgencia, tenemos menos tiempo para lo que es realmente importante. Por ejemplo, imaginen que no han pasado mucho tiempo con su familia últimamente, así que planean un encuentro familiar. Pero su jefe les pide que participen de una cena de negocios ese mismo día. ¿Qué harían? La mayoría de la gente elegiría la cena de negocios y postergaría el encuentro familiar para más adelante. Aunque pueden postergar el encuentro familiar, decisiones como esa pueden causar desconfianza y decepción en sus seres queridos a largo plazo.
Esa desconfianza es mucho más difícil de reparar que de prevenir. Las cosas importantes, como pasar tiempo con la familia, son las que nos brindan felicidad duradera. Pero, como rara vez son urgentes, puede resultarnos fácil descuidarlas. A la larga, es posible que les provoque más felicidad no asistir a esa reunión de trabajo. Seguramente, no pueden elegir a su familia en todos los casos. Pero tampoco tienen que dejar que las cosas urgentes siempre se interpongan en el camino de lo que es realmente importante.
Tener una muy buena calidad de vida depende de satisfacer sus necesidades y enfocarse en sus principios.
Entonces, ¿cuál es el primer paso para concentrarse en las cosas importantes de la vida? En primer lugar, deben identificar cuáles son esas cosas. Para aumentar su calidad de vida, deben satisfacer cuatro necesidades humanas básicas.
La primera, la necesidad de vivir. Tiene que ver con lo físico. Se refiere a comer, tener un techo y buena salud. La siguiente, es mental. Se trata de la necesidad de aprender. Se refiere a recibir estímulos a nivel intelectual.
Nuestra necesidad social es la necesidad de amar, que implica tener personas en quien confiar y por quienes nos preocupamos. La última es espiritual, la necesidad de dejar un legado, que significa tener un propósito en la vida. Nuestra felicidad depende de la satisfacción de estas cuatro necesidades. Si no conseguimos satisfacerlas, experimentamos estrés, ansiedad o miedo. Por ejemplo, consideren la diferencia entre una persona sin hogar o solitaria y una persona saludable que se dedica a una causa significativa. Satisfacer estas necesidades marca la diferencia entre una calidad de vida buena y mala.
Para satisfacer y equilibrar sus necesidades, deben concentrarse en sus principios. Sus principios son su brújula interna, aquello que los guíe en la dirección que quieren tomar en la vida. Sus principios deben guiar todas sus decisiones, pero no solo pueden regirse por ellos en algunas ocasiones. Además, acepten que vivir de acuerdo con sus principios podría no producir resultados inmediatos. Por ejemplo, si son adictos a la televisión, o su sueño es convertirse en un corredor de maratones, nada puede transformarlos de la noche a la mañana. Tendrán que apegarse a sus principios de dedicación y buena salud durante mucho tiempo.
Pero efectivamente, al hacer ejercicio y cambiar su alimentación, sus principios los guiarán para lograr su meta. Así que concéntrense en sus principios y utilícenlos como guía mientras satisfacen y equilibran sus necesidades. Este método les permitirá alcanzar una mejor calidad de vida.
Desarrollen una sólida visión de futuro y utilícenla para saber hacia dónde van.
¿Alguna vez se han preguntado cómo algunas personas toman decisiones con facilidad, mientras que otras tardan una eternidad analizando distintas alternativas? Ser capaces de tomar decisiones en forma sencilla depende de cuán orientados al futuro estemos. Tener una visión clara de su futuro les hace más fácil tomar decisiones y, en general, mejora su calidad de vida.
Su deseo de alcanzar sus sueños será más fuerte que los sentimientos negativos, como el miedo o la duda, por lo que lo superarán sin demasiados inconvenientes. Por ejemplo, piensen de qué manera la vida de Gandhi estuvo guiada por su visión de tener una sociedad igualitaria. Antes de dedicarse a ese objetivo, era tímido y nervioso, como orador público, incluso en sus inicios como abogado. Sin embargo, superó su fobia social cuando comenzó a comprometerse con su sueño, ya que su timidez no era tan importante en comparación con su visión. Tener una visión orientada hacia el futuro también nos ayuda en tiempos difíciles, al recordarnos por qué estamos luchando. Un ejemplo extremo y conmovedor viene de la mano de Viktor Frankl, un famoso sobreviviente del Holocausto.
Observó que el rasgo más común entre las personas que conocía que sobrevivieron al Holocausto no era su salud, su inteligencia o su familia, sino el tener un propósito claro para el futuro. Tenían una misión que cumplir, un trabajo importante por hacer, escribió. Sus ansias de alcanzar sus metas les dieron fuerzas para continuar. Entonces, ¿cómo se puede desarrollar una potente visión de futuro? Una buena manera es poner su misión personal en palabras. Imagínense que llegan a cumplir 80 años.
¿Qué ven? ¿Una gran familia? ¿Tal vez crearon un negocio exitoso? ¿Qué lograron hasta ese momento? Las metas que imaginan haber logrado en su vejez son las metas en las que deberían enfocar su futuro. Una vez que sepan lo que quieren lograr, comiencen a tomar medidas para lograrlo.
No pierdan el tiempo con preocupaciones a corto plazo que nada tengan que ver con este objetivo. Saben lo que quieren. Ahora trabajen para conseguirlo.
Es probable que solo las metas basadas en principios y en una visión de futuro sean alcanzables.
¿Alguna vez se han planteado un propósito de año nuevo que no pudieron concretar? En año nuevo, muchas personas se fijan metas personales, como estudiar o hacer más ejercicio. Solo para regresar rápidamente a sus viejos hábitos.
Ya sea en año nuevo o en cualquier otro momento, las personas a menudo fijan objetivos que no logran alcanzar. A veces, incluso si se alcanza una meta, el resultado puede resultar decepcionante. Por ejemplo, el gobierno soviético impuso restricciones a la venta de alcohol en la década de 1980, con la idea de disminuir el consumo. El consumo de alcohol en efecto disminuyó, pero aumentó el consumo de sedantes, ya que la gente simplemente cambió una cosa por otra. El objetivo se alcanzó, pero el costo fue muy alto. Entonces, ¿qué marca la diferencia entre aquellas metas que se alcanzan y aquellas que se alcanzan de manera positiva?
En primer lugar, el objetivo debe ser coherente con sus principios. Para cada objetivo, identifiquen el qué, el por qué y el cómo. Lo correcto, qué, por las razones correctas, por qué y de la manera correcta, cómo. Por ejemplo, imaginen que su qué es su salud física. En este caso, su por qué podría ser el desear sentirse bien y ser un ejemplo para sus hijos, mientras que su cómo podría ser cambiar sus hábitos alimenticios y hacer ejercicio con regularidad. Además de encontrar su qué, su por qué y su cómo, asegúrense de que su objetivo esté a su alcance.
No tienen influencia para cambiar la política exterior del presidente, pero sí tienen control total sobre su cuerpo y sus hábitos personales. Finalmente, su objetivo también debe estar motivado por la importancia en lugar de la urgencia. Si tienen sobrepeso y quieren ponerse en forma, está bien si su objetivo tarda años en concretarse. Lo importante es mantenerse enfocados, porque tal vez se den cuenta de que su objetivo, como estar saludable, tendrá una influencia profunda en su vida y realmente quieren trabajar para lograrlo.
Tomar las decisiones correctas depende de encontrar la perspectiva correcta y actuar con integridad.
Para tomar buenas fotografías, un buen fotógrafo usa diferentes lentes y así consigue la perspectiva adecuada para cada una. De la misma manera, deben usar la perspectiva correcta al tomar sus decisiones importantes. La mayoría de las personas usa sólo una perspectiva al tomar decisiones o hacer planes.
Usarán una perspectiva de primer plano para las necesidades inmediatas, como decidir qué cenar, o usarán una perspectiva ampliada para objetivos a largo plazo, como planificar dónde estarán en cinco años. La mejor solución es combinar estas dos perspectivas planificando en términos semanales. Intenten crear un calendario semanal, en el que puedan asignar tiempo para las cosas que les importan, como el trabajo, la familia o el esparcimiento. No tienen que establecer horas específicas para sus actividades. Sólo asegúrense de que esas actividades reciban la atención adecuada durante toda la semana. Además, traten de combinar sus objetivos siempre que puedan.
Por ejemplo, imaginen que están estresados porque tienen que preparar la cena, conocer a sus nuevos vecinos y preparar una nueva receta para una próxima recepción. Una buena perspectiva aquí sería combinar estas actividades. Podrían probar la nueva receta para la cena de esta noche y hacer comida de más para convidar a los vecinos y llevar a la recepción. Además de adoptar la perspectiva correcta, también deben recordar sus principios. Por ejemplo, imaginen que esta noche planean quedarse en casa leyendo, pero un amigo los llama con un problema grave. ¿Qué harían?
Probablemente dejarían de leer para encontrarse con su amigo porque valoran la amistad y la confianza. Hacer honor a esos principios es más importante que tener una relajante noche de lectura. No abandonar sus principios a la hora de tomar decisiones. Se denomina tener integridad en el momento de la elección, y esta integridad es crucial en esta instancia. Entonces, tomen buenas decisiones buscando la perspectiva correcta que se pueda adoptar y dejando que sus principios los guíen.
Concéntrense en la interdependencia y la cooperación, no en la independencia y la competencia.
A lo largo de la vida, estamos obligados a competir todo el tiempo. Nos preocupamos por quién tiene las mejores notas, el mejor trabajo o quién es más inteligente o lindo que nosotros. Este enfoque perjudicial basado en la independencia y la competencia nos afecta negativamente.
Intentar lograr todo por nuestra cuenta y en competencia hace que nos apresuremos a hacer las cosas. Las personas se apresuran a vivir. Entonces, compran comida rápida mientras corren a una cita, en lugar de tomarse el tiempo para comer de manera saludable. Otros se apresuran a amar, pasan de una relación a otra y la terminan cuando surge una dificultad en lugar de resolverla. Lamentablemente, este estilo de vida a toda prisa tiene muchos efectos negativos. Una mala alimentación genera problemas de salud, por ejemplo, y las parejas que carecen de paciencia para superar las dificultades terminan en el divorcio.
En lugar de actuar motivados por la independencia y la competencia, debemos centrarnos en la interdependencia y la cooperación. ¿Por qué estos dos conceptos en particular? Tengan en cuenta que las cuatro necesidades humanas básicas, vivir, amar, aprender y dejar un legado, implican establecer vínculos con los demás. Todos dependemos de otras personas para mantenernos con vida y para que esa vida sea saludable y feliz. Y debemos reconocer que esta interdependencia es algo bueno. Valorar la interdependencia y la cooperación es mucho más positivo que verlo todo como una competencia.
Cuando trabajamos en forma independiente, a menudo pensamos que para ganar debemos hacer que alguien más pierda. Pero si nos enfocamos en la cooperación, es mucho más fácil generar situaciones en las que todos ganan. Consideren, por ejemplo, dos personas lidiando con su matrimonio. Muchas parejas se divorcian cuando termina la luna de miel y se enfrentan a sus primeros problemas graves. Pero las parejas que trabajan juntas, comparten una visión y valoran la cooperación, pueden llegar a descubrir que resolver problemas juntos es útil para fortalecer aún más su vínculo. Entonces, podemos notar los beneficios inmediatos y a largo plazo de trabajar en cooperación con las personas que nos rodean, en lugar de verlos como competidores.
Sean líderes personales fuertes empoderando a quienes lo rodean.
Todos alguna vez debemos ocupar roles de liderazgo en relación con las personas en nuestras vidas. Como padres, es el vínculo con sus hijos. Como empleados, es su relación con sus compañeros de trabajo.
Para ser buenos líderes personales en tales situaciones, deben esforzarse por empoderar a aquellos a quienes dirigen. Si bien no es posible inculcar el empoderamiento directamente en nadie, sí pueden crear condiciones que les permitan a esas personas empoderarse a sí mismas. Las condiciones tales como la confianza, el respeto y la honestidad, conducirán naturalmente al empoderamiento de los demás. Para fomentar esas condiciones, involucren a los otros en su toma de decisiones. Por ejemplo, imaginen que uno de sus subordinados en el trabajo viene a ustedes con un problema. No intenten solucionar el asunto de inmediato.
Primero, pregúntenle a esa persona qué haría y anímenla a encontrar una solución por sí misma. Esa persona apreciará que ustedes hayan valorado su creatividad y se sentirá respetada. Es probable que se siente empoderada y se esfuerce por desempeñarse aún mejor en el futuro. Entonces, cuando les toque dirigir a alguien, concéntrense en la confianza mutua y la responsabilidad. Los estudios han demostrado que las empresas que promueven una cultura de alta confianza, en la que los empleados sienten la confianza que sus empleadores depositan en ellos, se desempeñan mejor que aquellas con una cultura de poca confianza. Así que les convendría no basar su liderazgo en la supervisión y el control estrictos.
Podría parecer más fácil para obtener resultados inmediatos a corto plazo, pero a largo plazo, no es productivo. Una buena manera de fomentar una cultura de alta confianza es obtener feedback regular de aquellos a quienes lideran. Esto demostrará que respetan la opinión de sus subordinados y también sabrán qué aspectos podría necesitar mejorar. Por ejemplo, si un CEO escucha los comentarios de sus empleados, muestra que valora sus opiniones y también demuestra su humildad, sabe que su desempeño puede no ser perfecto y está dispuesto a cambiar. Encontrarán roles de liderazgo personal en todos los aspectos de sus vidas, ya sea en la familia, el trabajo o incluso con los amigos. Sean líderes fuertes y basen sus relaciones en la confianza, el respeto y la honestidad.
Imaginen sus diferentes roles y tareas como partes de un todo, no como piezas separadas.
Tener principios sólidos es esencial para mejorar su calidad de vida. Los guiarán para decidir cómo invertir su tiempo y, en general, los orientarán en una dirección satisfactoria. Uno de los principios más importantes que proporciona esta orientación es el equilibrio.
Un buen sentido del equilibrio les dará una visión más productiva de la vida. La mayoría de las personas ven sus vidas como si dispusieran de compartimentos separados, trabajo, familia, tiempo libre, etc. Consideran que los roles que desempeñan y las tareas que realizan encajan dentro de alguna de estas categorías independientes. Pero en realidad, ver nuestras vidas desde este ángulo puede ser limitante. Cuando las personas ven sus vidas compartimentadas, tienen dificultad para transferir sus habilidades entre los distintos compartimentos. Por ejemplo, los estudios han demostrado que una persona exitosa en el mundo académico puede fallar en una tarea que no es académica, incluso si la tarea es similar.
Simplemente no están acostumbrados a pensar más allá de las fronteras que han imaginado. En realidad, todos nuestros roles y tareas están relacionados. Enfocarse solo en uno de esos roles les causará frustración. Por ejemplo, si una ejecutiva solo piensa en sus horarios y obligaciones, se molestará si sus empleados la interrumpen con preguntas. Pero si organiza su tiempo como para dar lugar a esas interrupciones, pasar por la oficina y responder las preguntas de los empleados, fortalecerá su vínculo con ellos y les permitirá realizar mejor su trabajo. La ejecutiva obtendría un resultado más equilibrado si combinara sus roles laborales y sociales.
Combinar sus roles en la vida es más fácil de lo que piensan. Por ejemplo, imaginen que están estresados porque sienten que deberían hacer más actividad física y pasar más tiempo con sus hijos, pero su agenda está tan ocupada que apenas pueden hacer una de estas dos cosas. Entonces, ¿por qué no jugará el tenis con los niños para combinar ambas tareas? Comprender la conexión que existe entre los distintos aspectos de su vida les permitirá generar nuevas oportunidades como esa y los ayudará a emplear su tiempo de manera efectiva. Así que no dividan su vida en compartimentos. Mantengan una visión equilibrada y recuerden que todo está conectado.
Esforzarse por mejorar su calidad de vida y poner «lo primero en primer lugar» le permitirá alcanzar su paz interior.
¿Piensan que tienen paz interior? ¿Su vida es equilibrada, alegre y tiene sentido? Si no están completamente satisfechos con sus vidas, es probable que el problema sea el desánimo, el orgullo o las expectativas poco realistas.
Son los tres impedimentos más comunes para alcanzar la paz interior necesaria para tener una buena calidad de vida. A veces estos tres aspectos ocurren todos a la vez. Imagínense que se consideran altamente calificados en su trabajo, pero cuando su supervisor se jubila, ustedes no son elegidos sucesores. Es probable que se sientan desanimados y avergonzados por tener que permanecer en su puesto mientras otra persona consigue el ascenso. En lugar de sentir vergüenza, intenten concentrarse en la humildad y la valentía y vivan sin establecer expectativas poco realistas. No piensen que tienen que competir con otros para demostrar su valor.
Que alguien más obtenga el ascenso no significa que su desempeño no sea lo suficientemente bueno. De hecho, puede que su desempeño sea tan bueno que su empresa no quiere que abandonen su puesto actual. Pensar de esta manera los ayudará a encontrar la paz y mejora su vida en general. La clave más importante para alcanzar la paz interior es ponerlo primero en primer lugar. Veamos esta poderosa metáfora. Un profesor una vez les presentó a sus alumnos un frasco vacío.
Llenó el frasco con piedras y les preguntó a los estudiantes si pensaban que estaba lleno. Ellos respondieron que sí. En respuesta, el profesor vertió grava en el frasco, que llenó los espacios vacíos entre las rocas. A continuación, vertió arena. Y finalmente, para llenar el frasco por completo, incluso los huecos más pequeños, vertió agua. ¿Qué podemos aprender de esto?
Piensen en ese frasco como el tiempo de su vida. Las rocas son las cosas importantes. Y la arena, la grava y el agua son el resto. Si colocan arena y grava primero, que representan las tareas diarias sin importancia, no quedará espacio para las rocas. Pero cuando ponen las cosas importantes primero, todo lo demás termina encajando.
Resumen final
Con demasiada frecuencia nos enfocamos en las cosas equivocadas de la vida, lo que provoca estrés y falta de armonía. Para aumentar su calidad de vida, deben identificar sus prioridades, reemplazar lo urgente por lo importante y crear un equilibrio entre todas sus tareas. Pueden hacer esto teniendo una visión orientada hacia el futuro, y esto los ayudará a establecer metas efectivas. Cuando ponen lo primero en primer lugar, en vez de dar prioridad a las cosas urgentes o más pequeñas, lograrán la felicidad y la paz interior.